NEUQUÉN (ED). — La segunda ola de la pandemia no sólo trajo las cepas de Manaos y del Reino Unido a Neuquén, sino una dicotomía muy propia de la Argentina. Mientras las autoridades sanitarias alertan por la existencia de 100 estudiantes aislados, en Plottier; un boliche capitalino diagramó un protocolo para mostrar la improbable “seguridad” de una actividad que por ahora está vedada.
Respecto de Plottier trascendió, este miércoles, que el hospital local sigue con atención la evolución de nueve burbujas, con más de un centenar de estudiantes en total. Se trata de estudiantes que fueron aislados por contacto estrecho con pacientes con Covid-19.
Los casos en la provincia aumentaron y ya se registraron jornadas con más de 600 casos. Plottier no es ajena a esta realidad; tampoco la ciudad capital, donde un puñado de empresarios “autoconvocados” dicen anunció un simulacro de funcionamiento para boliches.
Fuentes de la administración que conduce el intendente Mariano Gaido explicaron no existe ni se evalúa ningún protocolo para boliches y que sancionarán a quienes incumplan la veda (clausura incluida).
Mientras eso sucede, el gremio docente ATEN sugiere la suspensión de las clases presenciales; desde el ministerio de Educación aseguran que no se evalúa esa posibilidad por el momento; diputados piden vacunas para bomberos voluntarios; y la provincia refuerza las acciones de prevención, con la compra de test rápidos y la profundización de la campaña de vacunación, que registra una celeridad y alcances sin precedentes en el país.
Las claves, por supuesto, siguen siendo la responsabilidad personal tanto en el uso de tapaboca y alcohol en gel, como el distanciamiento y las demás medidas que se conocen al pie de la letra, pero que no todos cumplen.