Arreglar tu vieja computadora puede ayudar a otros

Reparación a benficio en el CFP 21. Foto gentileza ED



NEUQUÉN (ED). — En épocas de crisis, cada vez son más los neuquinos que deciden ir a reparar sus viejos equipos informáticos antes que comprar uno nuevo. Allí es donde entra en escena una propuesta mas que accesible, inclusive para quienes no pueden pagarle a un técnico. 

Desde el Centro de Formación Profesional (CFP) Nº21, que funciona bajo la órbita del CPE, se lleva adelante un proyecto que arregla las computadoras de manera casi gratuita. Los interesados dejan su equipo para que sean reparados por los estudiantes a cambio de un alimento no perecedero y cuando el volumen de los alimentos recibidos lo permite, todo se lleva a los merenderos. 

Para atender la gran demanda, se solicita que los interesados se inscriban previamente, sólo a través de mensajes de WhatsApp al 2996332014. Las prácticas no solamente avanzan sobre el arreglo en particular, sino que además activa otras cuestiones como la atención al cliente, el seguimiento y asesoramiento; todos escenarios de una futura salida laboral.  

El padre de la idea es Cristian Garretón, quien lleva adelante una propuesta formativa que ya transita su octavo año y se desarrolla semanalmente en Belgrano 3339. 

“Este año se le dio una vuelta de rosca con empezar a solicitar alimentos no perecederos, para también hacer una cuestión social”, reconoció e informó que todo lo recaudado se va donando a los merenderos, y lo articula la institución, a través de su directora Carla Suárez. 

Los estudiantes tienen más de 18 años y promedian más de 30. Sin contar este año, ya llevan 3076 equipos reparados. Una experiencia muy gratificante que unida a la acción solidaria ayuda a una sinergia particular del grupo.

En diálogo con El Digital Neuquén, Garretón detalló que “nosotros trabajamos no solamente la reparación sino con el proceso de atención, de punta a punta. Tenemos talleres de atención al cliente para que el alumno pueda, no solamente desempeñar el oficio. Ahora estamos trabajando con coordinadores por equipos para mostrar el trabajo colaborativo, tratamos de asemejar lo máximo posible a un ambiente laboral real”. 

“Nuestra tarea en el taller no termina con la entrega del diploma sino también se lo acompaña para que se pueda insertar en el mercado laboral. Tenemos alumnos trabajando en la Provincia, en el banco y en distintas empresas. Hemos trabajado con distintas consultoras para incluirlos en los procesos de selección”, agregó. 

El profesor celebró que la inserción ha dado buenos resultados y ejemplo de ello es que muchos han armado cooperativas y están trabajando actualmente en la actividad. Muchos de ellos comenzaron con conocimientos básicos de uso y el resto lo aporta el curso.

Reconoció que con la situación económica actual “se está reparando muchísimo”, lo que ayuda a los estudiantes. “Cuando yo en su momento estudiaba, las prácticas eran todas en ambientes controlados. Era un profe que nos desenchufaba un disco para saber si estaba fallando o desconectado. Esto me parece más interesante porque se encuentran con un escenario real”. Y salvo problemas de electrónica, desde el curso se arregla todo.

Otro dato no menor es que también desde el aula se recibe la donación de equipamiento informático en desuso que luego se ensambla para equipar salas de escuelas y otras organizaciones que lo necesiten. 

“Esto para mi empezó siendo un hobby pero cuando te encontrás que para muchos es el último colectivo para insertarse, para tener un oficio, la responsabilidad se vuelve grandísima. Hay muchísimas historias, hay alumnos que no tenían trabajo y hoy tienen un local de computación, me han invitado. Otros están trabajando en empresas. Desde ese lugar es una satisfacción tremenda”, completó Garretón.

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