NEUQUÉN (ED). — Lo de Autobuses Neuquén ya es más que una vergüenza. Este martes tampoco circulan sus vetustas unidades y los pasajeros quedaron una vez más a pata. Se sabe y se celebra (mucho) que el gobierno municipal ya adjudicó el servicio a las empresas Koko y Tigre Iguazú que asumirán el primero de febrero, para ponerle fin a más de 20 años de desventuras. Pero el hecho es que la ex Indalo no debería irse así no más; por el contrario, es merecedora de multas (que seguramente las tendrá) y de un reclamo judicial de indemnización, para que al menos le embarguen los pocos cascajos que tiene.
Este martes, los choferes están de paro por las amenazas y piedrazos que recibieron el lunes, por parte (según dijeron) de usuarios enojados por los pocos colectivos que circulaban. Desde el gremio (la UTA) advirtieron que no saldrán hasta que la compañía cumpla con los requisitos mínimos que son 60 unidades circulando. Actualmente apenas hay 27 en condiciones, dijeron. De ser así el incumplimiento de los empresarios, hasta parece coquetear con el boicot.
En la historia de la ex Indalo abundan los incumplimientos de frecuencias, las unidades sucias, los coches que se quedaron sin frenos, los paros, la indiferencia frente a las multas y los subsidios millonarios que embolsaron todos los meses. Sin dudas merece un castigo aleccionador.