NEUQUÉN (ED — Cuando en 2022, la magia de Hollywood hizo que el Giganotosaurus Carolinii volviera a sembrar el terror, esa extraña sensación de satisfacción, producto del reconocimiento a algo que se sabe propio, corrió entre varios de los habitantes de la provincia de Neuquén, especialmente entre los que residen en Villa El Chocón.
Es que el dino de Jurassic World: Dominion (la última secuela de la exitosa saga) se paseó hace entre 100 y 105 millones de años, por lo que ahora es esa pequeña, pero emblemática localidad. Hoy vuelve a estar en boca de todos, pero por un hecho que inunda de tristeza a la región: la partida de quien halló los restos de la bestia, el 25 de julio de 1993.
Rubén Carolini tenía 79 años, era paleontólogo por adopción y lamentablemente falleció este sábado en un establecimiento sanitario de Cipolletti, Río Negro. Se sabía que no estaba bien. Su salud había comenzado a flaquear hace ya algún tiempo y no pudo seguir adelante. No obstante su nombre quedará perpetuado en el del gigante, cuyos restos se encuentran en el Museo de El Chocón. Ahí están, en asombroso estado de conservación, junto con el vehículo (una especie de arenero) que este aventurero, querido por todos, usaba para sus excursiones en esa mágica zona de huellas prehistóricas y aguas cristalinas.
Desde el municipio recordaron que, “como el gran observador que fue, iba recolectando diferentes hallazgos a la espera de consultar a profesionales que pasaban por la Villa” y fue así cómo dio con los restos “del dinosaurio carnívoro más grande del mundo”.
“Su hallazgo revolucionó la comprensión de la prehistoria y dejó una huella gigante en el campo científico que motivó a jóvenes investigadores”, señalaron desde la municipalidad.
Y no es para menos, ya que el descubrimiento sorprendió al mundo entero. Uno de los reconocimientos más sentidos fue el que le llegó, varios años después, en mayo de 2009, cuando el gobierno de Neuquén lo homenajeó para agradecerle su gran aporte al patrimonio histórico y cultural de la provincia. También turístico, claro.
La bestia medía unos 15 metros de largo, orillaba las 10 toneladas y tenía dientes de 15 centímetros de largo. Carolini, junto a los paleontólogos Leonardo Salgado y Rodolfo Coria, recuperaron el 70 por ciento del esqueleto, incluidos el cráneo, la pelvis, la tibia, fémures y casi toda la columna vertebral. Todo a pulmón, todo al impulso del amor por el pago chico, la pasión por la paleontología y la adrenalina que brinda la aventura.