NEUQUÉN (ED) — La emergencia sanitaria que impulsó el gobierno provincial neuquino y aprobó la Legislatura trajo soluciones a la falta de insumos y de medicamentos. En forma paulatina, los centros de salud se fueron reabasteciendo para darle respuestas a la comunidad. Pero no todo está resuelto y prueba irrefutable de ello lo constituye el conflicto que afloró en el área de Terapia Pediátrica del Hospital Castro Rendón, ubicado en pleno centro de la ciudad capital.
Con bombos, redoblantes (y desinterés por los perjuicios a los pacientes), activistas sindicales recorrieron el centro asistencial en reclamo de lo que expusieron como la ausencia de reglamentación en los diagramas del personal. Eso ocurrió hace apenas un par de días. Y ahora se afirma que lo que en realidad realizaron fue una ruidosa batucada contra la decisión de hacerles cumplir los horarios de trabajo. El asunto es más que serio, ya que los quejosos se desempeñan en un sector destinado a los niños.
Se asegura que la decisión del gobierno provincial de optimizar los recursos del Estado, eliminar gastos innecesarios y borrar de un plumazo las avivadas arraigadas desde hace años, llevó a las autoridades sanitarias a exigir el cumplimiento del convenio colectivo de trabajo.
Hubo auditorías y se constató que hay quienes trabajan seis horas en lugar de las ocho que establece el convenio y que decidieron tomarse un franco cada dos noches de trabajo en lugar de uno cada cinco como lo establece el convenio. Agentes de ese sector se resisten al fichaje que se puso en marcha para evitar incumplimientos de agentes y funcionarios y que también se implementó en la propia Casa de Gobierno.
Las inversiones de las áreas de Salud para solucionar los problemas son multimillonarias y demandan un gran esfuerzo para la sociedad neuquina en su conjunto; es por eso que, según se hizo trascender, no se van a tolerar incumplimientos de ninguna clase.
