La referente de Padres Organizados Neuquén, Marina Smoljan cuestionó la realidad de la educación neuquina. “El derecho de los chicos es el que se posterga”, aseguró.
NEUQUÉN (ED) — Comenzó este martes la segunda jornada de paro anunciada por el gremio ATEN. Un paro que para muchos no deja de sorprender porque lejos de manifestarse contra descuentos salariales, se hace en contra del beneficio que el Gobierno le dará a los que no falten.
“La verdad es que es medio difícil la situación porque es un paro por un plus. No les están tocando el sueldo, no les están restringiendo la cantidad de licencias, les pagan un plus e igual hay paro”, cuestionó la referente de Padres Organizados Neuquén, Marina Smoljan.
En declaraciones radiales a la Red Neuquén, pidió “empezar a priorizar a los chicos” y reclamó que “siempre el sistema educativo está girando en torno a los derechos del resto y nunca gira en torno a los derechos de los chicos”.
“El derecho de los chicos es el que se posterga, es el que siempre es posible de vulnerar y el que nunca nadie reclama”, lamentó Smoljan.
Se estima que por diversas razones -paros, ausencias y otras mañas- los estudiantes neuquinos de las escuelas públicas, allí donde los gremios imponen su lógica llegna a casi cuatro semanas completas.
Smoljan recordó que “secundaria tiene 14 jornadas este año, 14, de las cuales solo una se hizo en febrero. Tienen ocho jornadas, que es una por mes. Tiene tres jornadas por el tema de inclusión, que seguimos sin entender por qué no se hacen dentro de las otras ocho. Y tienen además, tres jornadas más para planificar y completar los ducos en vistas a la nueva secundaria neuquina, cuando en realidad los docentes por curso, por materia, tienen una hora más semanal para planificar, lo mismo que pusieron en las jornadas”.
La referente también se refirió al ausentismo y señaló que “el sistema educativo tiene un sistema de reemplazos, que no se cumple”. Y amplió: “El director, el vicedirector, la secretaria, bibliotecaria. Todos esos tendrían que hacer el reemplazo de los docentes que no van. Pero eso, lo que nosotros vemos, es que no se da”.
Cuestionó además que la forma de resolución siempre de todos los actores “es suprimir el derecho a los chicos. Y en ningún momento se contabiliza esto como una pérdida”.
Por otra parte, desde la organización observaron que “el chico se levanta y no sabe si va a tener clases. Es más, la noche anterior ya no sabe. Es una incertidumbre permanente. Dejó de ser una certeza la escuela”. Finalmente reconoció que “cuando las familias empiezan a marcar los días que pierden los chicos, se genera una situación de angustia muy importante”.